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En los últimos años hemos vivido una digitalización de la sociedad sin precedentes. La sociedad ha ido evolucionando y el acceso a la información es cada vez más accesible. Esto ha provocado una transformación total en nuestro modo de consumo y por consecuencia, en las empresas industriales y en la industria de la fabricación y producción de bienes, que viajan a pasos agigantados hacia una Industria 4.0 conjunto al machine learning.
La industria 4.0 supone un paso hacia la automatización, la trazabilidad de un producto, la monitorización, el control de todos los procesos de fabricación y el acercamiento a los datos big data. Esta evolución se produce gracias a tecnologías que están experimentando un crecimiento exponencial. Algunas de estas tecnologías usan la inteligencia artificial, la automatización de fases de fabricación a través de robótica, el uso de drones o la impresión 3D, entre otros.
La primera transformación industrial a través del vapor y la tracción hidráulica fue en 1784 que supuso una auténtica revolución en el sistema productivo industrial. La segunda revolución industrial tendría lugar en 1870, con la producción en serie, y la tercera en 1969 con la incorporación de la electrónica a la automatización de la producción.
Aunque ya llevamos casi una década de camino, es en esta nueva década en la que estamos empezando a vivir en una cuarta Revolución Industrial, la Revolución 4.0.
Está basada en la digitalización de todos los procesos de producción y en las tecnologías de la información, la conexión a través de Internet de las cosas (IoT) y los nuevos materiales. Nos aproximamos a una evolución disruptiva de la manera de producir y comprender la cadena de valor de nuestras fábricas con la integración digital de la Industria 4.0.
La llamada revolución 4.0 tecnológica consta de varios puntos que detallamos a continuación:
Los sistemas ciberfísicos ya no solo están interconectados entre ellos mismos, sino que también lo están con clientes, trabajadores, directivos o proveedores.
La Industria Conectada 4.0 optimiza los programas y procesos para mantener unos altos estándares de productividad y eficiencia.
Los sensores en las plantas de fabricación se encargan de recoger una imagen real de todo el proceso de fabricación.
Esta información se procesa a través de análisis predictivos para facilitar así la toma de decisiones estratégicas.
La Industria 4.0 se basa en una estructura orientada hacia el cliente, promoviendo el feedback continuo entre bienes, fabricantes y clientes.
Las decisiones de las empresas industriales se realizan a través de sistemas ciberfísicos, complementados con el uso de modelos de mantenimiento predictivo y aplicaciones tecnológicas desarrolladas específicamente para ello.
La monitorización y control de las máquinas y equipos permite la actuación y toma de decisiones a tiempo real, detectando posibles fallos y corrigiéndolos antes de que tengan consecuencias sobre el proceso productivo.
La Industria 4.0 o conectada busca construir redes para lograr una integración vertical de todos los actores de la cadena de valor o una integración horizontal que genere sinergias. También de aplicar soluciones de transformación digital individualizadas para cada sector industrial que aportan a su vez medidas de Eficiencia Energética.